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jueves, 12 de octubre de 2017

EL TREN






Aquel tren viajaba
lenta, inexorablemente
hacia una estación desconocida,
hacia un lugar inexplorado.
Bajé buscando un poco de agua
que aclarara mi garganta
y volvió a ponerse en marcha sin mí.
¿Acaso perdí el tren
que me llevaba
al lugar donde se funden
los recuerdos,
al lugar donde la esperanza
se viste de primavera,
donde las aves levantan el vuelo
vestidas de libertad?
Esperé el siguiente tren
y el viaje comenzó de nuevo…
El traqueteo de sus ruedas
adormecían mis pensamientos
y una suave ensoñación
dejó paso a una paz inesperada.
¡Estaba siguiendo mi viaje,
me llevara donde me llevara!

Nieves Buscató

domingo, 1 de octubre de 2017

Y COMENZÓ LA VIDA...


Pocos en la tierra saborean la vida
Y no se marean con los dones que ella otorga
Ni desvían sus fuentes hacia copas
En que sus sueños vacilan y naufragan.
“Del mundo ilusorio. (LA PROCESIÓN)
KHALIL GIBRÁN


Y comenzó la vida
cuando desnudé mis miedos,
miré al cielo y vi la luz.
Cuando desterré mis culpas
guardadas por tanto tiempo.

Y comenzó la vida...
cuando mi risa sonó cristalina
sin sombra de llanto.
Cuando mis ángeles
dejaron de ser demonios,
y di permiso a mi tristeza
para salir a dar un paseo.

Y comenzó la vida...
cuando tiré mi careta lejos,
donde no podía alcanzarla.
Cuando supe lo que quería
y donde quería ir.

Cuando me hice amiga
de mis errores y limitaciones
y me di permiso para triunfar.
Cuando aprendí la perfección de la imperfección.
Cuando ayudé a enjugar una lágrima
e hice aflorar una sonrisa.

Y comenzó la vida...
cuando me di cuenta que era limitada
que no había tiempo que perder,
y que mi yo interno
gritaba para salir del encierro
al que lo tenía sometido.

Y comenzó la vida...
cuando aprendí a conocerme a mí misma
sin mirarme en el espejo de los demás.


Mª Nieves Buscató

sábado, 30 de septiembre de 2017

SOÑÉ CON VOLAR...


“De mi oscuridad surgió una luz que iluminó mi sendero”
Khalil Gibrán.

Soñé con volar,
pero mis pies no despegaban de la tierra.
Soñé con surcar el cielo
en un vuelo triunfal
y asomarme a las alturas;
pero mis pies seguían pegados al asfalto.
Me asomé a altos acantilados
y montañas escarpadas,
con el ánimo de saltar al vacío;
pero mis pies se aferraron a las rocas.
Pensé: “Será el miedo,
la indecisión,
la inexperiencia”
Algo muy dentro de mí gritó,
callándome.
“¿Es que no ves que te faltan las alas?”

Y volví a mi casa,
y besé a mis gentes,
me asomé a la ventana
y construí una vida diferente.
Escuché el ronroneo de mis gatos en mi oído
y miré a los ojos a mi perro.
Acaricié un libro entre mis manos.
Subí a la montaña y contemplé el paisaje,
me asomé al acantilado
y dejé que el viento acariciara mi cara,
aspiré el aire salobre y misterioso
del mar Mediterráneo.
Y cuando la sombra me devolvió mi imagen
vi que en mi espalda habían crecido alas.


martes, 19 de septiembre de 2017

¡QUE NO, SEÑOR, QUE NO QUIERO!





¡Que no, Señor, que no quiero
vivir la vida asomada
como cuadro de museo
al quicio de mi ventana!
Que quiero salir afuera,
que quiero sentir mi alma.
Que a la vida hay que quererla,
sentirla, saborearla,
caminar en su camino,
y hasta sufrirla, ¡caramba!.
Que la vida hay que sufrirla
para poder valorarla.
Quien no ha sufrido en la vida
no tiene curtida el alma,
y eso es tan necesario
como el aire que nos calma
los calores y sudores,
y nos hace respirarla.
Que también, amiga mía,
la vida hay que respirarla, 
porque quien no la respira
no sabrá nunca apreciarla.
Respirar los sinsabores,
las alegrías y la calma,
y así llenar los pulmones
de trocitos de esperanza.
No desfallezcas, amiga,
si la vida se te enfada,
porque la vida está viva
y también tiene su espada, 
que saca de vez en cuando
cuando se siente frustrada.
Entonces, lucha y no llores,
no hay tiempo para llorarla;
que la vida se te enfrenta
para que aprendas a amarla.
Aunque te resulte dura
la senda que ella te traza,
camínala sin dudarlo.
Si en ella algo te espanta,
no te acobardes, amiga,
y mírala cara a cara;
que la vida no es cobarde,
y no quiere que tu hagas
lo que hace el avestruz.
Por eso, ella te demanda 
que levantes la cabeza
y que grites, si hace falta.
¡Que no, Señor, que no quiero
lo que ahora tú me mandas!
Quiero salir a la calle
y gritar con toda el alma
que Dios me puso en el mundo
para algo más que mirar
la vida por la ventana.
¿Que hay otra vida? Sin duda.

PERO ESTA HAY QUE APROVECHARLA.

HE BUSCADO…



He buscado caminos de esperanza,
enredados y retorcidos
en la negrura del silencio.

He hallado mil sonrisas y mil lágrimas
vagando en el esperanza
de un recuerdo.

He sentido la inquietud de la locura,
 el sabor de la añoranza,
la alegría de un “te quiero”.

He caminado sumida en las tinieblas,
nadando en claridades
y huyendo de mis miedos.

He oído latir mis pobres venas,
cansadas del camino,
abatidas por los vientos.

He llorado de pena y de alegría,
de dolor y de rabia,
de impotencia y sufrimiento.

He reído con ganas y sin ellas,
escondiendo un dolor,
celebrando un encuentro.

He llorado,
reído,
sentido,
buscado
y hallado,
y lo seguiré haciendo.

Mientras tenga una sombra de aliento,
aunque mucho me cueste

seguiré viviendo.

martes, 5 de septiembre de 2017

REFLEXIONES


PAZ


Te busco por caminos llenos de rastrojos,

por hermosas praderas,

por laderas empinadas y abruptas.

Surco mares de desconfianza y enojos;

para por fin, encontrarte en mi interior.

  


JUVENTUD PERDIDA


Juventud perdida.

Flor que se deshoja en un suspiro.

Vuelas como un pájaro en la distancia.

¡Cuantas horas abandonadas al silencio!

¡Cuantos deseos de ver correr el tiempo!

Y ahora que ya todo pasó, ¡cuánta añoranza! 



TÚ, SABIDURÍA


 Tú, sabiduría.

¿Qué preciado  tesoro escondes

que hasta el rico lo desea?

Sabes bien donde pones tu casa.

No necesitas palacios ni marfiles,

solo un corazón abierto a la verdad.







¿Qué es la inspiración?

¿Quizás una brisa suave

que pasa rozándote las mejillas?

¿Quizás un huracán

que al soplar arrasa con todo

lo que encuentra a su paso?

¿Un soplo divino?

¿Qué es la inspiración?

Me pregunto.



OTOÑO


Melancolía.

Tristeza escondida entre tus hojas secas.

Pereza.

Como humo te metes en mi ser.

Otoño.

El sol se esconde como un niño travieso.

Lluvia.

Llora el cielo lágrimas de silencio...




  

SOLEDAD 


Un día te conocí.

Fuiste mi compañera inseparable.

Hoy solo vienes cuando te necesito.

¡Gracias amiga!



AMOR 

No es una fuerza irrefrenable,

ni un terremoto devastador y fiero.

Es un día a día,

un hablarte muy quedo,

un decir, ¿cómo estás?

cuándo hace falta.

Es saber que me quieres, y te quiero.



AMISTAD
  
Saber que estás ahí.

Saber que podemos contar la una con la otra.

Saber que tu sonrisa alegrará mis penas,

y que en mi hombro apoyarás tu desconsuelo.

Compartir sinsabores y alegrías,

un café, incluso un cotilleo.

Un paseo, mirar escaparates.

O no decirnos una sola palabra y mirando la “tele”,
 disfrutar del momento.

 

MATERNIDAD 

Una semilla crece en mis adentros.

Poco a poco me invade como un sueño.

No es parir,

es amar sin condiciones,

es llorar en tu tristeza,

y celebrar tus logros.

Es protegerte cuando lo necesites,

y cuando no,

abrir los brazos


y verte alzar el vuelo.




MATRIMONIO

¿Una firma en un papel?

¿Un compromiso?

¿Un contrato?

¿Acaso una atadura?

NO; tan solo es una promesa mirándome en tus ojos.

De por vida.

 





ÉXITO


Para obtener éxito en el mundo hay que parecer loco y ser sabio.

Charles de Montesquieu


Te esperaré
sentada en mi silla,
contemplando el paisaje  que entra por mi ventana.

Te esperaré
sumida en mi impaciente paciencia
y en mi humilde espera,
hasta verte llegar rodeado de tu luz,
con la esperanza de que iluminarás mi camino.

Sé que existes;
que estás ahí, agazapado, esperando el momento.

Cuando te vislumbro
una sonrisa ilumina mi rostro.

Te dejas ver.
No sé si para animar mi esperanza
o sólo para hacerme rabiar un poco.

A veces me pregunto
si eres sólo una ilusión de mi mente
o, de verdad, estás en mi futuro;
otras veces, creo firmemente que existes
y que vendrás a abrazarme algún día.

Creo que es mi voluntad la que te anima,
mi firmeza la que te sostiene,
mi esperanza la que te alimenta.

No quiero  permitirme sucumbir a la rutina
y pensar que todo está acabado,
que todo termina en este momento.

Conseguir que llegues a mí, será mi meta en esta vida.
No deseo verte llegar
rodeado de tumultuosos elogios
ni escandalosos aplausos;
sólo deseo ver tu rostro amable
y saber que nací para conocerte.

Que Dios me puso en esta vida para algo especial.