Para mi amiga , Ana Mª
Te fuiste, como se va la
primavera,
y con las hojas caídas del
otoño
mi alma llora tu ausencia.
El teléfono, mudo,
parece acompañar mi desconsuelo,
frío, sin vida.
Me acerco a él para llamarte
pero el eco de tu voz ya no
me llega.
Un vacío perturbador llena
mis horas
porque tú decidiste dar el
paso,
dejándome huérfana de risas,
de confidencias y locuras
inventadas.
Añoro aquellas tardes
perfumadas por el aroma de
las rosas y
en las que enredadas en alas
doradas,
soñábamos con el futuro
acompañando nuestras vidas,
compartiendo sueños e
ilusiones y recuerdos
de aquellos que se fueron.
Ahora tú también te ha ido,
pero siempre vivirás en mi
memoria.
Aunque hayas hecho ese viaje
sin retorno
no es un adiós, tan sólo un hasta luego.
Sé que ahora vuelas con los
ángeles
de los que tanto hablamos día
a día,
y que eran nuestros alados
compañeros.
Estoy convencida de que no
debo llorarte.
Pero te añoro, amiga mía, yo
te añoro
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