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domingo, 1 de octubre de 2017

SACAPUNTAS


A mi hija Eva
Sacapuntas era un gatito pequeñito,
que solía corretear por los rincones
de un pequeño y alegre chalecito.
El muy pillo, era el terror de los ratones.

Una noche, una gatita presumida,
que vivía cuatro puertas más abajo,
ronroneando, miró al pobre Sacapuntas
y al muchacho me lo dejó enamorado.

Sacapuntas, no te embales.- dijo ella.
Que el amor es cosa seria y de cuidado.
No me mires de esa forma, que me asustas.
¡¡¡Pues no parece que te has quedado embobado!!!

Después de decir esto, toda digna
y dejando a Sacapuntas boquiabierto,
la gatita, con gracioso y suave paso,
 a su casa se fue a dormir en el cesto.

¡Sacapuntas, Sacapuntas, ESPAVILA!
Le decían los ratones en el huerto.
Ya no corre tras de ellos como hacía.
Sacapuntas sólo sabe escribir versos.

Nieves Buscató

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