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sábado, 14 de octubre de 2017

PRIMAVERA





Cuando no vea brillar tus ojos en la madrugada
y mi corazón se nuble en la tormenta,
cuando no sienta tus manos
recorrer mi espalda en una caricia,
cuando la luna no brille
en una noche estrellada.
Cuando las lágrimas, sin razón,
corran por mis mejillas
o unas notas musicales
no me lleguen al alma,
cuando todo me parezca
oscuro y desvaído
y una rosa no me embriague
con su aroma.
Cuando no sienta la vida
juguetear traviesa por mis venas,
es que la primavera
está jugando conmigo al escondite.


Nieves Buscató

¡¡QUÉ VIENEN LAS ELESIONES!!!!




En mi pueblo hay dos partíos,
dos partíos de verdá,
siempre se están dando tortas
de lo partíos que están.

Pero toíto es mentira
porque se llevan mu bien,
lo que pasa es que isimulan
pa hacé bien el papel.

El que derige el cotarro
tiene cara de atontao,
y el otro, que es un tunante,
se cree que va a arreglá el mundo
criticando al más pintao.

Nunca se ponen de acuerdo,
y se lo pasan chipén
entirándose los tiestos,
que eso lo hacen mu bien.

Los precios suben que suben,
el borcillo, baja y baja,
y esos dos gelipuertas
siguen dándose de tortas
por quítame ahí esa paja.

Los pisos, ca vez más chicos,
del encogío que lan dao.
Mi vecino, el Tiburcio,
sa comprao un chalecito
y tiene que entrá de lao.

Pero los precios, señores,
esos no lo han achicao,
y pa comprarse el chalé,
Tiburcio ha vendío la burra,
y está pensando, el mu bestia,
arquilá a su mujé.

El otro día a la tienda
Me fui a comprá el pan.
Sólo me comí la barra,
porque no tuve pa más.

Si quieres comprá pescao,
se te congela el borcillo,
y si quieres comprá carne,
eso ya, ¡NI TE LO DIGO!

La violencia, parece
que está toa dispará,
y no me extraña ni chispa,
con el ejemplo que dan.

Los paraos sa remolinan
y los impuestos te agobian;
pero ellos son mu listos
y tienen hasta pa copas,
que no veas las comilonas
que se hacen a nuestra costa.

Las aceras levantás
y las calles sin barré,
pero ellos erre que erre
entirándose los tiestos,
y poniéndonos al pueblo,
entre la espá y la paré.


Robustiana Zambuyo y Zarzaparrilla


jueves, 12 de octubre de 2017

LA VELA



El pábilo de la vela
llenó mis sentidos
con su mortecina luz.
Con sus cambios
animó a mi maltrecho corazón
a sentirse menos desvalido.
En su colorida llama
se quemaron mis desilusiones
y negros pensamientos,
que fluctuando,
fueron convirtiéndose en humo.
Saliendo de la nada,
duendes y hadas me animaron
a seguir por mi vida,
esta vida, que ahora
se me antoja una aventura
eterna y variada,
Un cuento sin fin,
un viaje lleno de hermosos desafíos.

Nieves Buscató



EL TREN






Aquel tren viajaba
lenta, inexorablemente
hacia una estación desconocida,
hacia un lugar inexplorado.
Bajé buscando un poco de agua
que aclarara mi garganta
y volvió a ponerse en marcha sin mí.
¿Acaso perdí el tren
que me llevaba
al lugar donde se funden
los recuerdos,
al lugar donde la esperanza
se viste de primavera,
donde las aves levantan el vuelo
vestidas de libertad?
Esperé el siguiente tren
y el viaje comenzó de nuevo…
El traqueteo de sus ruedas
adormecían mis pensamientos
y una suave ensoñación
dejó paso a una paz inesperada.
¡Estaba siguiendo mi viaje,
me llevara donde me llevara!

Nieves Buscató

EL CLAVEL ENAMORADO




En el jardín del amor
una rosa florecía
y un clavel se enamoró
con sólo ver su corola,
blanca como la inocencia
y pura como su amor.

El rocío, en la mañana,
con diamantes adornaba
la rosa de su pasión,
y el clavel, rojo de sangre
languidecía de amor.

Quería decirle mil cosas,
pero tan lejos estaba
que sólo podía admirarla
oyendo a su corazón,

que le decía muy triste:
-         No es para ti, pobre tonto,
no sueñes con imposibles-
Y el pobre más desgraciado
se sentía en su dolor.

Soñaba con estar cerca
de aquella rosa fragante,
aunque fuera un solo instante
y rezaba suplicante
por su deseo a su Dios.

Una mañana despierta
y la rosa ya no estaba.
habían cortado su tallo.
Creyó morir de dolor.

Mas al rato, el jardinero,
con  tijeras afiladas
el tallo de aquel clavel
cortaba sin compasión.

En un búcaro de flores
despertó nuestro clavel,
y entre ellas, a su lado,
a su rosa pudo ver.

La rosa le sonrió,
él, aún más enrojeció.

Y le dio gracias al Cielo
por darle lo que quería,
porque lo dos moriría,

juntos en aquel jarrón.

lunes, 2 de octubre de 2017

A MI AMIGA JULIA GUERRA


Miro a mi interior y allí te veo; amazona en tu corcel de dos ruedas, con el casco calado hasta las cejas y regalándome tu mejor sonrisa.

Recuerdo nuestro primer encuentro, yo hecha un flan y tú, avezada ya en la poética travesía, riendo de mi miedo. Te reías de esta grumete que temblaba antes de zarpar hacia mares desconocidos.

Cada Navidad, y como un sueño, veo aquel Papá Noel que me esperaba en el puerto con los brazos abiertos y esos ojos que bajo las gafas doradas escondían tu pícara mirada, divertida de mi desconcierto. Tocando con brío la campana, venías corriendo hacia mí, con la ilusión de una chiquilla con un juguete nuevo, levantando sonrisas a tu paso.

Recuerdo, como si fuera hace un minuto, cuando entrabas en mi casa envuelta en prisas, mirando el reloj, como si algo se te fuera a escapar en un instante.

Y esa tacita de caldo caliente a la que nunca te resistías, por mucha prisa que tuvieras. Entre verso y verso que iba apareciendo en la pantalla del viejo ordenador, soplo y soplo, sorbo y sorbo, el calor del humeante caldo templaba tu garganta; y tú yo discutiendo la forma de encuadrar este o aquel poema para que quedara mejor en la cárcel de mi pequeño monitor.

Miro a mi interior  y allí te veo; amazona en tu corcel de dos ruedas. Tu voz y tu sonrisa me acompañan y me repito una y otra vez que no lloraré tu ausencia. No lloraré, mi amiga, no he de llorar porque sé que no te has ido, que estás flotando en el éter; viendo nuestros rostros asustados, nuestras miradas llenas de incredulidad y riéndote de nosotros, ¡pobres tontos!, que aún no hemos probado el sabor del verdadero éxito, de la verdadera gloria.

Nos miras, pequeños ratoncillos asustados, apresados en la jaula de este mundo; mientras tú vuelas, vuelas libre; sin rencores, sin peso, ni ataduras, disfrutando de ese mundo del cual tanto las dos habíamos hablado.

Vuela alto mi querida amiga, vuela alto, que te lo has ganado con creces.







domingo, 1 de octubre de 2017

¿EL AMOR ES SÓLO UNA PALABRA?






San Valentín 2017
Nieves Buscató G.

¿EL amor es sólo una palabra?
Le pregunta una mujer
a aquella amiga
que escuchaba atenta día tras día
las quejas que machaconamente le contaba,
como si ella no tuviera problemas en la vida.

¿El amor es sólo una palabra?
Le pregunta un hijo a esos padres,
que se desviven cada día y cada instante,
para darle todo lo que ellos no tuvieron,
y que pueda caminar hacia delante.

¿El amor es sólo una palabra?
Le pregunta un joven a unos ancianos un día
que llevan siglos cogidos de las manos,
venciendo mil avatares en la vida.

¿El amor es sólo una palabra?
Le pregunta el egoísta a esa persona
que dedica su vida, hora tras hora,
sin esperar nada más que una sonrisa,
a alegrarle la vida a los demás,

Espero que no me hagas otra vez esa pregunta,
pero si después de esto no entendiste nada,
no habrá en el mundo quien te aclare
que el amor no es sólo una palabra


FLAMENCO…


A Mónika Bellido y su espectáculo "Café Cantante"
Por Nieves Buscató

Flamenco…
que se mete despacito por mis venas
haciendo conquillita al corazón.
Locura, soledad, desesperanza,
de pura cepa, vibrando de pasión.


Flamenco…
¡Imagina tu mano en mi cintura!
¡Ay flamenco, tu dolor es mi dolor!
De mi cadera a tus ojos se levantan
oleadas ardientes; sensación

Flamenco…
de mi carne y mis huesos te apoderas,
hechinzado mi cuerpo con tu son,
y un quejío quiebra mi garganta,
llenando el aire con las quejas de mi amor.

Flamenco…
a palo seco, o con arpegios de guitarra,
taconeando o la puntita del pie,
cuando bailas estremeces hasta el alma
del ser afortunado que te ve.

Flamenco…
gitanito que extasías mis sentidos
bailando, con salero, un garrotín,
tarantos, malagueñas, alegrías,
bulerías que alegran mi vivir.


Andalucía…graciosa y zalamera,
reina mora, bendita sensación.
Andalucia …tu luz siempre me inspira.
Eres musa de mi iluminación.

Seuguirillas, fandangos, soleares,
cante jondo de mi tierra; corazón.
Sevillanas…regocijo entre lunares,
repiquetear de castañuelas; seducción.

Flamenco…
descarada vendimia de ilusiones o
desgarrado grito de dolor.
Alegría que inunda corazones.
Flamenco…el grito de mi tierra.
Flamenco…mi pasión.









A PACO DE LUCÍA
Por Nieves Buscató

Vivió Paco de Lucía
nadando entre dos aguas,
el agua de la grandeza
y de la humildad callada.

Amando siempre a Algeciras,
ciudad que le acompañaba
desde que abría sus ojos
a la luz de la mañana.

Amor hacia sus callejas,
La Plaza Alta, sus playas;
amor que siempre llevaba
cosido a sus esperanza.

Se nos fue el rey del flamenco,
el mago de la guitarra,
que a sus cuerdas le sacaba
bellos jirones del alma.

Triste queda su guitarra
vestida de soledad,
la mano de sus maestro
no la volverá a tocar.

Miles de notas dormidas
en su vientre quedarán,
melodías de colores,
no volverán a sonar.

Su ciudad llora su pena,
pues nunca más lo verá
pasear por sus arenas
a la orilla de su mar.

La añoranza se pasea
en el levante al soplar
y el cielo de su bahía
al Sol no deja brillar.

Se nos fue el rey del flamenco,
el mago de la guitarra,
y dejo un hueco, imposible
de rellenar, en el alma.


EL GATO VOLADOR

Hoy he estado dando un paseo por mi baúl de los recuerdos y he decidido sacar ciertas cosillas que tengo guardadas cogiendo polvo. Algunas son bastante curiosas, como esta que ahora cuento. La escribí hace mucho tiempo para la revista El Espolón y se llama...


Este es el nombre de una canción, que por cierto no me gusta nada, pero los gatos sí me gustan, y aunque os parezca mentira, existen los gatos con alas. Y por lo visto su existencia está bien documentada. Yo he tenido unos cuantos a lo largo de mi vida pues es el animal que más me gusta, ahora mismo tengo dos, y uno de ellos, que es un pesado, lo tengo encaramado en mi hombro y ronroneándome al oído mientras os escribo esto.
  He tenido gatos romanos, negros, siameses, blancos, pero nunca he tenido un gato con alas, y la verdad es que me encantaría.
En noviembre de 1899, Strand Magazine publicó la fotografía de un gato con apariencia normal procedente de Wiveliscombe, en Somerset, Inglaterra, con un par de alas cubiertas de piel.
También hubo un gato blanco y negro que tenía unas alas que medían 60 cm. y se dio a conocer en junio de 1949, otro que se exhibió durante un tiempo en el zoológico de Oxford en 1933, otro gato alado vivía en una granja en Anglesey, Gales, en 1986 y que mudó las alas.
Y como sé que vais a pensar que me volví tarumba, os explico, pues todo tiene su explicación.
A principios de los años noventa del siglo veinte, el doctor Shuker explicó que estos gatos tienen una enfermedad de la piel, muy rara y poco conocida llamada astenia cutánea felina, que hace que la piel del lomo se dilate con forma de ala. Estas alas son muy frágiles, llegan a caerse sin ni siquiera sangrar, lo que da la sensación de que las mudan.
Ya os he dicho que mi gato no tiene alas, pero de vez en cuando me gustaría que se diera un vuelecillo por ahí y me dejara tranquila trabajar. No sabéis lo difícil que es escribir con un gato pegado a tu oreja.
 Un besito a todos..

Y COMENZÓ LA VIDA...


Pocos en la tierra saborean la vida
Y no se marean con los dones que ella otorga
Ni desvían sus fuentes hacia copas
En que sus sueños vacilan y naufragan.
“Del mundo ilusorio. (LA PROCESIÓN)
KHALIL GIBRÁN


Y comenzó la vida
cuando desnudé mis miedos,
miré al cielo y vi la luz.
Cuando desterré mis culpas
guardadas por tanto tiempo.

Y comenzó la vida...
cuando mi risa sonó cristalina
sin sombra de llanto.
Cuando mis ángeles
dejaron de ser demonios,
y di permiso a mi tristeza
para salir a dar un paseo.

Y comenzó la vida...
cuando tiré mi careta lejos,
donde no podía alcanzarla.
Cuando supe lo que quería
y donde quería ir.

Cuando me hice amiga
de mis errores y limitaciones
y me di permiso para triunfar.
Cuando aprendí la perfección de la imperfección.
Cuando ayudé a enjugar una lágrima
e hice aflorar una sonrisa.

Y comenzó la vida...
cuando me di cuenta que era limitada
que no había tiempo que perder,
y que mi yo interno
gritaba para salir del encierro
al que lo tenía sometido.

Y comenzó la vida...
cuando aprendí a conocerme a mí misma
sin mirarme en el espejo de los demás.


Mª Nieves Buscató

SACAPUNTAS


A mi hija Eva
Sacapuntas era un gatito pequeñito,
que solía corretear por los rincones
de un pequeño y alegre chalecito.
El muy pillo, era el terror de los ratones.

Una noche, una gatita presumida,
que vivía cuatro puertas más abajo,
ronroneando, miró al pobre Sacapuntas
y al muchacho me lo dejó enamorado.

Sacapuntas, no te embales.- dijo ella.
Que el amor es cosa seria y de cuidado.
No me mires de esa forma, que me asustas.
¡¡¡Pues no parece que te has quedado embobado!!!

Después de decir esto, toda digna
y dejando a Sacapuntas boquiabierto,
la gatita, con gracioso y suave paso,
 a su casa se fue a dormir en el cesto.

¡Sacapuntas, Sacapuntas, ESPAVILA!
Le decían los ratones en el huerto.
Ya no corre tras de ellos como hacía.
Sacapuntas sólo sabe escribir versos.

Nieves Buscató


Estaba sola, tumbada en la cama, contemplando a través de la ventana el paso de las nubes.
De vez en cuando, la silueta de una gaviota que casi rozaba los cristales venía a recordarle que había vida fuera de las paredes de su casa.

Muy pocos de sus amigos se había dignado a hacerle una visita, o una corta llamada de teléfono. Agradecía mucho el detalle de los que lo habían hecho, pero echaba de menos a más de uno de esos “amigos”. Pensaba que no era mucho pedir un… “Hola, ¿como estás?” aunque hubiera sido sólo por corresponder a los muchos ánimos que ella había dado a más de uno en los momentos duros.
Bueno, tampoco pedía ningún pago. La generosidad no viene con etiqueta ni fecha de caducidad. Cada uno tenía sus problemas y responsabilidades.

La verdad es que se sentía un poco olvidada.

Sabía que estos pensamientos eran sólo a causa de su dichosa enfermedad, y de la tristeza y depre de las que viene acompañada; por eso mismo sacudió la cabeza como queriendo quitarse de encima algo molesto y siguió mirando por la ventana.

Pasaban los días despacio, despacio… parecían cada vez más largos, como si las horas hubieran aumentado el número de sus minutos.

El dolor que la torturaba seguía allí, como si nunca fuera a ceder. Cada movimiento, cada respiración era un gran esfuerzo.
Quería encontrar algún recoveco de su cuerpo que no le doliera, pero parecía misión imposible. Ya se había acostumbrado a más de un dolor, pero este que no la dejaba andar, que, tan sólo el esfuerzo de levantarse de la cama o el sillón para ir al cuarto de baño se convertía en una odisea, era uno de los que más temía. El sólo hecho de cambiar de postura en la cama tenía que pensarlo más de dos veces.

Pero la gaviota  volaba una y otra vez haciendo círculos ante su ventana, provocándola con su vuelo.

Su marido la cuidaba solícito y cariñoso y eso era un regalo del cielo, aunque le costaba acostumbrarse a que la cuidaran. Ella había sido siempre la que tiraba del carro, la fuerte de la familia, la que no se permitía decaer ni un momento. Quizás lo que ahora le pasaba era, precisamente, la consecuencia de ese tirar del carro desde que su mente recordaba.
Ya había estado otras veces así, pero esta vez el dolor no cedía, parecía que se iba a quedar para siempre de esta guisa.

Recordó el cuento del anillo del rey y vio como grabada en su mente la inscripción de dicho anillo… RECUERDA QUE ÉSTO TAMBIÉN PASARÁ”, y una sonrisa se asomó a su cara.

La valentía de la que siempre había hecho gala volvió  a su espíritu y se dijo a sí misma que si no pasaba, ya encontraría la manera de vivir con ello, aprender y convertirlo en una herramienta, como había hecho con todo lo negativo en su vida.

Como quien despierta de un mal sueño, se quitó los auriculares de MP3 en el que sonaban las notas lastimeras de un violín y, como pudo, apoyada en las muletas logró llegar hasta su escritorio; cogió una libreta y un lápiz y volvió a la cama, en la cual se acomodó como pudo y comenzó a escribir…

Estaba sola, tumbada en la cama, contemplando a través de la ventana el paso de las nubes…